martes, 14 de octubre de 2008

La ciencia del siglo XVII
Es en el siglo XVII en el que se consolida la revolución científica que iniciara
Galileo, especialmente por la obra de Newton que unificaría en un solo sistema los descubrimientos de Kepler y Galileo.
Los mayores desarrollos científicos de la centuria tendrán a Inglaterra como escenario, pero toda está intensa actividad transcurre fuera de la Universidad en círclos independientes como el Colegio Invisible (fundado por Wilkins en 1644), el Gresham College (1660) que tendría su imitación más tarde en la Academia de ciencias de París. Las necesidades del desarrollo industrial y la burguesía comerciante, promovieron el desarrollo científico que fue sostenido principalmente por los puritanos.
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La cosmovisión del siglo XVII
A excepción de los últimos escolásticos, existe un acuerdo común que define el paradigma científico de la época:
heliocentrismo, mecanicismo, corpuscularismo (partículas o átomos indivisibles), distinción entre cualidades primarias y secundarias... gravedad entre los baconianos y matematización en los cartesianos.
Los vínculos entre ciencia,
filosofía y religión, son aún muy marcados. La ciencia está claramente impregnada de elementos filosóficos y religiosos. Esto, que es evidente en Descartes, Kepler y Galileo (a través de loas ideas pitagóricas y neoplatónicas) aparecerá más tarde también en Newton. Enrique More, en Inglaterra, hablará de cierto “Espíritu de la Naturaleza” mediante el cual Dios mueve al mundo y del espacio como presencia divina en el mundo. Estas ideas son cercanas a la concepción de Newton sobre el tema. En efecto, la mayoría de los científicos introducen en sus sistemas, creencias religiosas ya sea por convicción o bien para liberarse de ataques eventuales.
Y finalmente la filosofía, se inspira en la ciencia,
Hobbes transforma en ontología el mecanismo de Galileo, porque la realidad será unicamente cuerpo en movimiento y Locke se inspirará en los baconeanos como Boyle, y Hume, en Newton.
Tradiciones metodológicas del siglo XVII
Hacia fines del siglo XVII existen en Europa cuatro tradiciones metodológicas:
1. La tradición escolástica : En plena decadencia, esta tradición buscaba explicar los fenómenos a través de las categorías aristotélicas .
1. La tradición baconeana: De corte inductivo, despreciaba las teorías y se aplicaba a las “historias naturales” a través de colecciones de datos y experimentos.
1. La tradición cartesiana: Basada en el método deductivo partía de
hipótesis no basadas en la experiencia sensible y deducía un sistema general del universo. La tradición baconeana y la cartesiana se enfrentaban por defender métodos de trabajo opuestos: los baconeanos acusaban a los cartesianos de disputar interminablemente sobre hipótesis que no tenían fundamento alguno y los cartesianos respondían que es inútil y hasta imposible pretender demostrar experimentalmente lo que ya se sabe a priori.
1. El método de Galileo: El método de “resolución-composición”, que también había inspirado a Descartes y que enlaza el valor que los seguidores de Bacon otorgan a la experiencia con el rigor de la deducción matemática cartesiana. Newton utilizará un método que puede considerarse continuador de esta línea.